November 18, 2025
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China responde a EE. UU. y afirma que “no teme una guerra comercial” tras amenaza de aranceles del 100 %

El gobierno de China respondió a las recientes declaraciones del presidente Donald Trump, quien amenazó con imponer un arancel del 100 % a los productos chinos y prohibir el uso de software crítico, en respuesta al endurecimiento de los controles de exportación de tierras raras por parte de Pekín.

En un comunicado recogido por Newsweek, el Ministerio de Comercio de la República Popular China instó a Washington a resolver las diferencias mediante el diálogo y no a través de mensajes en redes sociales. “Si Estados Unidos insiste en actuar de manera unilateral, China tomará medidas correspondientes para salvaguardar sus derechos e intereses legítimos. Nuestra postura sobre una guerra comercial es clara: no la deseamos, pero tampoco la tememos”, señaló el ministerio.

La disputa se originó en abril de 2025, cuando la administración Trump reactivó su política arancelaria y aplicó nuevos impuestos de importación a todos los socios comerciales de EE. UU., con un aumento total de hasta 54 % sobre los productos chinos. A esto se sumó una amenaza de bloqueo de software EDA (Electronic Design Automation), utilizado en el diseño de semiconductores, como medida de presión sobre las cadenas de producción dependientes de tecnología estadounidense.

Estas políticas buscan incentivar la manufactura local y reducir la dependencia tecnológica de China, pero sus implicancias para el sector del hardware son significativas. Los aranceles del 100 % afectarían directamente el costo de componentes esenciales para PC —como placas madre, GPUs, memorias DRAM, SSDs, gabinetes y periféricos—, gran parte de los cuales se fabrican o ensamblan en territorio chino. Esto podría provocar aumentos de precios en el mercado estadounidense, retrasos logísticos y una mayor presión sobre los fabricantes que dependen de líneas de producción en Shenzhen, Suzhou o Chengdu.

Por su parte, China respondió con contramedidas arancelarias y nuevas restricciones sobre la exportación de tierras raras, materiales indispensables para fabricar imanes, chips y módulos de energía utilizados en tarjetas gráficas y procesadores. Estas medidas ponen en riesgo el suministro global de semiconductores avanzados, especialmente los fabricados a 14 nm y 12 nm, tecnologías aún comunes en chips de gama media.

China es actualmente el principal proveedor mundial de minerales de tierras raras, concentrando cerca del 70 % del suministro de materias primas y el 90 % de la capacidad de procesamiento a nivel global. Este dominio otorga a Pekín una posición estratégica para ejercer presión sobre la cadena de valor de la industria tecnológica.

En su comunicado, Pekín afirmó que las restricciones se aplican para “proteger la seguridad nacional” y evitar el uso de estos materiales en aplicaciones militares extranjeras. Sin embargo, observadores internacionales interpretan la medida como una respuesta táctica que podría utilizarse como moneda de negociación frente a Washington. En julio de 2025, China ya había relajado parcialmente sus controles a cambio de que EE. UU. levantara el veto sobre el uso de software EDA.

Trump reiteró en su plataforma social que los nuevos aranceles entrarían en vigor el 1 de noviembre, dejando abierta una ventana de negociación. No obstante, de aplicarse, los efectos serían inmediatos para el sector tecnológico, con incrementos de precios en productos de consumo como tarjetas gráficas, laptops y equipos preensamblados, además de una posible reestructuración en las cadenas de suministro hacia países del sudeste asiático como Vietnam o Malasia.

Fuente: Tom’s Hardware

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